Casi todos hemos estado alguna vez en un hotel, al principio es cómodo y tenemos casi todo hecho. Sólo tenemos que llegar y relajarnos. Pero con el tiempo, esta experiencia se va volviendo más impersonal, fría y solitaria. Ahí es cuando empezamos a desear volver a casa. Además, todo se percibe distinto cuando estás de vacaciones respecto a cuando vuelves de un largo día de trabajo. En esos momentos, el cuerpo te pide descanso, comodidades, libertad para hacer las cosas que te gustan y sentir el calor del hogar.
Los trabajadores que se desplazan por trabajo un par de semanas o meses, necesitan un espacio reconfortante al que volver después de un día de trabajo en un lugar desconocido, puesto que ya tienen suficiente con la incertidumbre que provoca el nuevo entorno de trabajo y vivir en una ciudad distinta.
Está claro que los hoteles parecen ideales cuando uno se va de vacaciones para desconectar de la rutina, pero pueden no ser efectivos si lo que necesitas es mantener unos hábitos similares cuando vuelves de trabajar, puesto que un exceso de cambios puede provocar dificultades en la adaptación del empleado en su nuevo entorno de trabajo. Como en todo, el equilibrio es la clave.
Aparte de las razones personales que pueden influir en la necesidad de escoger un apartamento respecto un hotel, existen otras ventajas para decantarse por un alojamiento completo:
- Ahorro de costes. El precio por noche en los hoteles suele ser muy superior. Atiende a la demanda, la estacionalidad y los servicios extras que te cargan en el paquete.
- Comodidades extra, como poder cocinarse sin tener que salir a comer fuera cada noche; sobretodo, cuando llegas cansado después de un largo día de trabajo.
- Un espacio común para los trabajadores fomenta el coworking y las relaciones cercanas en el equipo. En un hotel, la relación laboral es más individualista y fría.
- Encontrar apartamentos cercanos al sitio de trabajo para que no tengan que desplazarse largas distancias, o, por el contrario, reducir costes yendo a las afueras y alejándose del ajetreo de las urbes.
- Tener flexibilidad de horarios y hábitos. Las normas de los hoteles suelen ser más estrictas y burocráticas, mientras que, en un apartamento, los empleados eligen sus tiempos y normas de convivencia con flexibilidad y atendiendo a sus necesidades laborales y personales.
En Homyspace nos dimos cuenta de esto desde hace mucho tiempo, cuando surgió la idea de ofrecer una alternativa mucho más personal al alojamiento en los viajes corporativos. Desde ese momento hasta hoy, no hemos parado de aprender de nuestros clientes, y podemos decir que hoy en día ofrecemos alternativas de alquiler que sabemos que encajan con las necesidades particulares de las empresas que confían en nosotros. Ellos nos hacen saber lo acertados que estábamos cuando sus trabajadores acaban su estancia en el piso y comentan lo a gusto que se encontraron durante toda la estancia.
Si quieres probar nuevas alternativas para el alojamiento de tus empleados, contáctanos, haznos todas las preguntas que quieras, pídenos opciones y valora las ventajas que nuestra gestión del alquiler pueden ofrecerle a tu negocio. Sin compromiso, sin gasto de tiempo y esfuerzo, ahorrando costes.
¿Hay algo mejor que sentirse como en casa?