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Alquilar una vivienda sin contar con la cédula de habitabilidad no es solo una decisión arriesgada, sino también una infracción que puede acarrear multa por alquilar vivienda sin cédula de habitabilidad, así como importantes repercusiones económicas y legales. Este documento, que acredita que una vivienda reúne las condiciones mínimas para ser habitada, es imprescindible para formalizar un alquiler dentro del marco legal.

Optar por prescindir de este requisito puede llevar a los propietarios a enfrentarse a multas considerables y otras sanciones que podrían comprometer seriamente su patrimonio.

En este artículo exploraremos en profundidad las consecuencias de alquilar sin cédula de habitabilidad, desde las sanciones económicas hasta las implicaciones legales. También abordaremos los factores que determinan el monto de las multas y las repercusiones adicionales que pueden surgir de esta práctica.

¿Qué es la cédula de habitabilidad y por qué es importante?

La cédula de habitabilidad es un documento administrativo esencial que certifica que una vivienda cumple con las condiciones básicas para ser habitada. Este certificado evalúa parámetros como la superficie útil, las condiciones de higiene, la salubridad y la solidez de la construcción. Además, es imprescindible para formalizar un alquiler, vender un inmueble y contratar servicios básicos como agua, luz o gas.

Tipos de cédulas de habitabilidad

  • De primera ocupación: para viviendas de nueva construcción. 
  • De segunda ocupación: destinada a viviendas ya habitadas previamente. 
  • De primera ocupación por rehabilitación: para viviendas profundamente reformadas o con cambio de uso. 

Este documento asegura que la vivienda:

  • Cumple con los estándares mínimos de habitabilidad. 
  • Permite contratar suministros básicos. 
  • Está legalmente habilitada para ser alquilada o vendida. 

No contar con la cédula de habitabilidad puede generar problemas legales importantes para los propietarios e inquilinos, además de restringir el acceso a servicios esenciales.

¿Para qué sirve la cédula de habitabilidad?

La cédula de habitabilidad no solo certifica que una vivienda es adecuada para ser habitada, sino que también es un requisito indispensable para llevar a cabo diversos trámites importantes: 

  • Contratar suministros: solo se pueden dar de alta servicios básicos como agua, electricidad o gas si la vivienda tiene la cédula de habitabilidad. 
  • Formalizar un seguro de hogar: la mayoría de las aseguradoras requieren este documento como parte de sus condiciones para contratar una póliza. 
  • Vender o alquilar una propiedad: sin la cédula, no se pueden realizar estas transacciones de forma legal. 

Multa por alquilar vivienda sin cédula de habitabilidad

Alquilar una vivienda sin contar con la cédula de habitabilidad se considera una infracción administrativa y puede resultar en sanciones económicas de gran cuantía. En España, las multas varían entre los 3.000€ y 90.000€, dependiendo de la gravedad de la infracción y las regulaciones específicas de cada comunidad autónoma.

Tipos de sanciones

  • Multas leves: se aplican en casos como retrasos en la renovación del certificado o pequeños errores administrativos. El rango de estas multas es de 3.000€ a 6.000€. 
  • Multas graves: se imponen cuando se alquila de forma deliberada sin la cédula, especialmente si esta situación pone en riesgo la seguridad o salubridad de los inquilinos. En estos casos, las sanciones pueden superar los 15.000 €. 
  • Multas muy graves: ocurren cuando el incumplimiento pone en peligro la salud o la seguridad de los residentes. En casos extremos, las multas pueden alcanzar los 90.000€. 

Factores que influyen en el importe de la multa

El importe de la multa puede depender de varios aspectos: 

  • Duración del alquiler: cuanto más tiempo se alquile sin cédula, mayor será la sanción. 
  • Estado de la vivienda: si las condiciones no garantizan la seguridad o salubridad del inquilino, la multa será más elevada. 
  • Reincidencia: los propietarios que repitan esta infracción pueden enfrentarse a sanciones más severas. 
  • Normativa autonómica: las sanciones varían entre comunidades autónomas; algunas regiones tienen regulaciones más estrictas.

Comunidades donde no es obligatorio contar con la cédula de habitabilidad

Es importante destacar que no en todas las comunidades autónomas de España es obligatorio contar con la cédula de habitabilidad. En algunas regiones, como Madrid, Castilla y León, o Andalucía, existen excepciones, en las que no se exige este documento para viviendas de segunda mano o para alquileres de menor duración. Sin embargo, en la mayoría de las comunidades autónomas, la cédula sigue siendo un requisito legal fundamental.

Por lo tanto, antes de alquilar una propiedad, es fundamental verificar si la normativa autonómica de tu zona exige la cédula de habitabilidad, ya que de no ser así, el propietario podría no estar obligado a obtenerla.

Requisitos para obtener la cédula de habitabilidad

Para poder obtener la cédula de habitabilidad, la vivienda debe cumplir con una serie de condiciones esenciales:

  • Superficie y distribución: la vivienda debe tener una superficie útil mínima de 36 metros cuadrados y contar con espacios diferenciados para: sala de estar, comedor, cocina y baño. Cada habitación debe tener un tamaño mínimo de 6 metros cuadrados.
  • Servicios básicos: la vivienda debe estar conectada a las redes de suministro de agua, electricidad y, si es aplicable, gas. Además, debe contar con las instalaciones necesarias para la evacuación de aguas residuales y una cocina y baño equipados con los elementos básicos.
  • Condiciones de habitabilidad: la vivienda debe cumplir con ciertos estándares de habitabilidad, como una adecuada iluminación y ventilación, accesibilidad, aislamiento térmico y acústico, y medidas de seguridad.
  • Eficiencia energética: la vivienda debe cumplir con la normativa vigente en materia de eficiencia energética.
  • Accesibilidad: la vivienda debe ser accesible, especialmente para personas con movilidad reducida. Los accesos a las diferentes estancias deben ser funcionales y seguros.
  • Dimensiones y construcciones: las puertas interiores deben tener una anchura mínima de 0,70 metros y una altura mínima de 2 metros. Las escaleras interiores deben cumplir con ciertas medidas de seguridad y los techos deben tener una altura mínima de 2,50 metros.
  • Espacios comunes y exteriores: la vivienda debe contar con una fachada que permita la entrada de luz natural y ventilación. La superficie de los espacios comunes debe superar los 20 metros cuadrados.
  • Instalaciones específicas: la vivienda debe contar con un número adecuado de inodoros, lavabos y duchas o bañeras según el número de habitaciones. La cocina debe estar equipada con los elementos básicos para cocinar y la vivienda debe contar con una instalación para servicios de telecomunicación.
  • Seguridad: los desniveles superiores a 0,55 metros deben estar protegidos con barandillas o elementos similares.

¿Cómo obtener la cédula de habitabilidad?

Para comenzar con el proceso de obtención de la cédula de habitabilidad, es necesario contratar los servicios de un arquitecto colegiado que se encargue de revisar la propiedad y certificar que cumple con los requisitos mínimos establecidos por la comunidad autónoma correspondiente.

Una vez verificados los requisitos, el arquitecto emitirá un certificado que debe ser visado por el Colegio de Arquitectos. Este certificado se presentará ante la autoridad competente para que emita la cédula de habitabilidad. El proceso completo puede demorar hasta tres meses.

En resumen, es fundamental tener en cuenta que una vivienda sin cédula de habitabilidad no es legalmente reconocida como tal. Por lo tanto, al comprar una propiedad, es esencial verificar que cuente con este documento. De lo contrario, podrías enfrentarte a multas que pueden superar los 90.000 euros.