A principios de marzo recibimos una llamada de una reconocida fabricante de pólvora china llamada Hui Ying. Necesitaba un apartamento en Valencia para venir a mostrar un novedoso producto, un petardo que al explotar mostraba todos los colores del arcoíris. Para nosotros era todo un reto, pues era nuestra primera cliente china y también era su primera vez en la ciudad, por lo que queríamos que tuviese la mejor estancia posible.
La semana siguiente,Hui Ying llegó a nuestra ciudad y se dirigió al apartamento, dónde la recibieron Ximo y Anna, propietarios del piso. El entrañable matrimonio le recomendó a su inquilina que en su tiempo libre acudiera a la mascletà, ya que por su trabajo seguro quedaría fascinada con el espectáculo.
Al día siguiente, tras reunirse con varias empresas pirotécnicas de la zona, se dirigió a la plaza del Ayuntamiento, dónde quedó anonadada. Hui Ying pensó que su petardo quedaría genial en una de las mascletàs, así que durante los días siguientes fue a hablar con más y más profesionales de la zona, pero ninguno de ellos acababa de convencerse. Volviendo al apartamento, tras unos largos días de esfuerzo, recordó que Ximo y Anna la habían invitado a su casal. Aunque estaba un poco cansada, la fabricante decidió acudir y allí fue recibida por todos los falleros, quienes la invitaron a comer paella y buñuelos caseros. Más tarde, la llevaron a la calle, dónde descubrió uno de los monumentos de cartón piedra y largas filas de luces mientras se sumergía entre la música de las charangas. Entre tanto alboroto, Hui Ying, que ya estaba mucho más animada, recibió una llamada inesperada, un importante pirotécnico había decidido usar su petardo en la mascletà del día 19 de marzo. La fabricante no paraba de dar brincos de alegría a los que se unieron todos los falleros presentes.
Unos días más tarde, toda Valencia se puso en pie cuando la gran mascletà acabó con un gran estruendo que llenó el cielo con todos y cada uno de los colores del arcoíris. En pocos días, el nombre de Hui Ying empezó a sonar por todas las fábricas pirotécnicas de la comunidad y la china recibió cientos de pedidos para el año siguiente.
Tras acabar con sus obligaciones laborales y haber vivido una increíble experiencia personal en Valencia, Hui Ying tomó un vuelo de regreso a su casa, donde organizó una pequeña mascletá con su familia y pudo descansar tras tantos días de ajetreo. Hoy en día, seguimos en contacto con ella, pues ya nos ha asegurado que a partir de ahora va a volver todos los años para ver y trabajar en la mejor fiesta del mundo.
