Independientemente de la localización del piso, el número de habitaciones, o el precio, hay aspectos más sutiles que a veces resultan relevantes a la hora de tomar la decisión final sobre decantarse por un piso u otro. Si alquilas tu vivienda y quieres incrementar el valor que obtienes por ella, quizás deberías analizar la posibilidad de realizar reformas que sean necesaria para darle a tu piso un aire renovado y mejorar aquellas cosas que no están en el mejor estado.
Recuerda que los inquilinos buscan vivir en un lugar agradable y que cumpla con las condiciones mínimas de habitabilidad, y el desgaste propio del uso de la vivienda obliga muchas veces a tener que realizar reparaciones, renovar mobiliario, o incluso cambiar la decoración para darle un estilo diferente.
Entre las ventajas que tiene renovar tu vivienda están:
– el incremento del valor de la misma, lo que se traduce en poder obtener ingresos más altos por el alquiler (con lo cual, acabas recuperando la inversión realizada en las reformas)
– el tiempo que tardas en encontrar interesados en alquilarlo se acorta, puesto que tu piso resultaría mucho más atractivo y conveniente que el resto de opciones
– el tipo de inquilinos interesados probablemente cambia, ya que la elección de un alojamiento tiene mucho que ver con criterios que responden a gustos, necesidades y presupuesto de cada persona.
Para poder detectar el tipo de mejoras que puedes realizar en la vivienda, en primer lugar debes comprobar que todos los sistemas de suministros y electrodomésticos funcionan correctamente, ya que se trata de elementos básicos necesarios para garantizar la habitabilidad y seguridad. Luego, puedes comprobar si el mobiliario está en buen estado; quizás es necesario deshacerse de algún que otro mueble en viejo o cambiar la disposición de los mismos para liberar espacio y aportar amplitud a las estancias. Si te gusta un poco la decoración, o quieres darle un aire renovado a la casa, puede plantearte invertir en nuevo mobiliario y elementos decorativos que ayuden a modernizarlo y hacerlo más agradable. No siempre es necesario llevar a cabo grandes reformas, sino que dependerá de las necesidades concretas de tu piso y de qué aspectos del mismo son los que quieres mejorar. Algunas de las más efectivas a la hora de cambiar su aspecto y que suponen un cambio notable pueden ser:
– pintar las paredes, sobretodo si se cambia a colores blancos o claros que aportan mayor luminosidad y sensación de amplitud
– instalar más luces en las zonas que no reciban tanta luz del exterior, ya que los pisos oscuros dan sensación de encierro y menor espacio
– tirar o renovar muebles en mal estado o que no aporten mucha utilidad, a veces despersonalizar un poco los espacios les permite a los inquilinos imaginarse la casa como a ellos les gustaría.
Por otra parte, también es muy importante la limpieza de la casa ara ayudar a mantener un ambiente higiénico y cuidado.Eliminar manchas, malos olores y acumulaciones de suciedad ayudará también a conservar en buen estado las estancias y el mobiliario.
Como puedes ver, a veces pequeños cambios pueden producir incrementos de valor grandes, ya sea desde cambiar la decoración de algunas estancias hasta reformar un el baño o la cocina. Cada mejora va incrementando la percepción positiva que tienen los posibles inquilinos cuando conocen el piso, y a veces un detalle es lo que puede hacerlos decantarse por una opción u otra. Recuerda que las primeras impresiones, a veces, son las que más importan.
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