En la rentabilidad de un piso suelen influir principalmente aspectos como, la localización del mismo -ya que hay zonas con mucha mayor demanda que otras, la ocupación durante el año -ya que los días en los que está vacío no produce ingresos, y las condiciones en las que se encuentra el piso -los que están bien cuidados y mejor equipados suelen resultar más atractivos para los inquilinos.
También se suele tener en cuenta el riesgo que implica escoger un tipo de alquiler u otro, puesto que en algunas modalidades como el vacacional o el de larga estancia, se pueden dar situaciones como impagos, desperfectos causados por los inquilinos, ocupación ilegal del piso, cambios en la legislación turística y multas, etc. Por ello, escoger el tipo de alquiler con mejor equilibrio entre rentabilidad y riesgo, como es el caso del alquiler temporal, suele ser la opción más conveniente.
Por ejemplo, el alquiler vacacional. puede dar un alto beneficio pero un alto riesgo, porque la ocupación no es muy elevada y está sujeta a la estacionalidad. En cambio, el alquiler temporal combina lo mejor de ambos. -corta y larga estancia, porque el propietario puede alquilarlo por días en modalidad turística los meses de alta demanda y por meses el resto del año para conseguir arrendarlo el mayor tiempo posible. . Para que el rendimiento por el alquiler vacacional se equipare al rendimiento del alquiler de media o larga estancia, la ocupación tiene que ser, en ocasiones, superior al 60% del año, lo cual es muy difícil incluso en zonas más demandadas.
Otra de las ventajas del alquiler temporal es que, el propietario vuelve a tener el piso disponible cuando acabe el período de alojamiento de los inquilinos, y no tiene que esperar varios años para volver a disponer de él -como ocurre en el alquiler de larga estancia. Esto siempre es preferible a dejar el piso vacío todo el año o en los meses en que no hay casi demanda.
También es una alternativa para aquellos propietarios que tienen intención de vender su piso pero están esperando encontrar al comprador adecuado o que las condiciones les sean más favorables, con lo que pueden alquilarlo por meses y sacar ingresos por el mismo mientras dura ese período.
Es por esto que, generalmente, alquilar un inmueble por meses tiene mayor rentabilidad porque la ocupación media es mayor– no hay días del mes sin ocupar y no se pierden ingresos. Además, no genera gastos constantes de lavandería y limpieza, gestiones y posibles desperfectos, como ocurre en el caso del alquiler vacacional. Por otra parte, atendiendo a temas legales, como el alquiler temporal se regula por la Ley de Arrendamientos Urbanos y no por las regulaciones turísticas, no es necesario estar pendientes de las regulaciones específicas de las comunidades autónomas ni exponerse a sanciones por incumplir la normativa aplicable.
Otro aspecto a considerar es que, en el alquiler turístico, se tiene que tributar por los ingresos del alquiler ya que se consideran rendimientos del capital inmobiliario, algo que no ocurre en el alquiler temporal. Esto hace que el rendimiento neto después de impuestos se reduzca considerablemente, ya que el porcentaje a tributar suele rondar el 35 o 40 por ciento de los ingresos y no se les aplica deducciones fiscales. A esto también hay que restarle los gatos de gestión de check in y chek out, limpieza, mantenimiento y gestiones administrativas. Por tanto, al final, el alquiler vacacional acaba siendo tan rentable como se piensa.
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